Últimamente uso mucho los calabacines al cocinar, son buenísimos y es increíble como cambia su sabor dependiendo de las especias y los demás ingredientes del plato.
El nombre de la receta de hoy surgió porque después de hornear un pan de calabacín resultó salir muy húmedo y dulce, nada que ver con la consistencia habitual en un pan. Mi marido me dijo que era más parecido a un bizcocho, pero yo le dije que no era un bizcocho sino un pan. Y de ahí creamos el nombre de Pancocho.
Es perfecto para los desayunos o meriendas. Lo podéis comer solo o untado con algo. En esta receta utilizo harina de arroz integral para conseguir un pan sin gluten. Pero si no os importa el gluten, podéis utilizar harina de trigo o de espelta integral. Tambien sale muy rico con harina de trigo saraceno.
Ingredientes:
- 450gr de calabacín (2 pequeños)
- 1½ tazas de harina de arroz integral / trigo saraceno.
- 2 plátanos maduros
- 1/3 taza sirope de agave
- 1/3 taza de aceite de coco
- 1 cucharadita de baking powder (levadura química)
- 1 pizca de sal
- 3 cucharadas soperas de semillas de calabaza + 1 cucharada más para decorar
Preparación:
Limpiamos y pelamos los calabacines y los rallamos en una malla gruesa. Después los dejamos reposar en un colador hasta que escurra el jugo.
Ponemos en un baño María el aceite de coco hasta que esté líquido, entonces lo vertimos en un recipiente y lo mezclamos con las ralladuras de los calabacines.
Añadimos el sirope de agave y lo mezclamos todo bien.
Machacamos los plátanos con un tenedor y los añadimos a nuestra masa de calabacines.
En otro recipiente tamizamos la harina y la mezclamos con una cucharadita de baking powder y una pizca de sal.
Ahora mezclamos los ingredientes húmedos con los ingredientes secos hasta que consigamos una masa más o menos homogénea. Después añadimos las semillas de calabaza.
Forramos un molde rectangular con papel para hornear, lo rellenamos con nuestra masa y decoramos esta con las semillas de calabaza. Precalentamos el horno a 180ºC y horneamos nuestro pancocho durante 45 minutos. Después lo dejamos de enfriar.
¡Buen provecho!